Por: María Carla González
El papa Francisco es un hombre que trabaja por la Paz; así se manifiesta en cada uno de sus mensajes, donde aboga por la necesidad de tenerla entre los Hombres y de los Hombres con el medio ambiente. El Papa no sólo lo expresa en sus ideas sino en su práctica a partir de acciones misericordiosas en busca de un mundo más justo para los desposeídos y olvidados, donde no teme enjuiciar a sus causantes: el capitalismo salvaje engulle hombres. No en balde ha sido nominado en más de una ocasión al premio Nobel de la Paz.
El próximo 19 de septiembre, Francisco llegará a mi Patria, donde llevamos más de un siglo trabajando por la paz y hace mas de 50 años tenemos un proyecto que empoderó al pueblo, otorgándole la oportunidad de defender sus derechos y plena libertad: La Revolución Cubana.
Quizás no seamos un pueblo muy católico, sino un ajiaco cultural, sin embargo esto nos permite compenetrarnos y en familia trabajar unidos por bienes comunes. Entonces, ¿cómo no estar felices con su visita y acogerlo con el respeto, el afecto y la hospitalidad que merece si los “Frutos de justicia se siembran en la paz para los que procuran la paz.” (Stg. 3:18)?
Los cubanos siempre hemos valorado a los hombres por la justeza de sus ideas y la firmeza en sus acciones. Este es un hombre que ha sabido despertar la admiración nuestra y se ha ganado nuestros corazones porque como su Santidad practicamos la justicia social a diario para llevar la dignidad plena del hombre a los más necesitados y demostrar que un mundo mejor y más inclusivo es posible.
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