viernes, 8 de julio de 2016

“En el camino se acomodan las cargas”

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Por: Ecuadorinmediato/Francisco Herrera Aráuz

En teoría la lucha política electoral está acompasada entre el preparar la propuesta y poner el nombre de quien la defenderá ante los electores. En la realidad ecuatoriana, al menos por lo que se vive ahora, con el lanzamiento del nombre de la abogada Cinthya Viteri (PSC), todo ha dado un vuelco al punto de poner al revés aquella lógica y desatar un muestrario de conflictos internos en la oposición, con desate de egos, infidelidades y presuntas traiciones que parece piden ser arregladas en el rumbo de la campaña acomodando lo que venga como gran solución.

Si algún factor ha tenido a su favor la plataforma de “La Unidad” ha sido la sorpresa. El llamado a conformar el grupo entre los alcaldes de Quito, Mauricio Rodas,  de Guaranda Ramses Torres, y los prefectos de Azuay, Paúl Carrasco, Morona, Marcelino Chumpi y la figura predominante de Jaime Nebot, como alcalde guayaquileño y líder socialcristiano, rompió fuegos el año pasado por ser una alianza local que buscó desde un inicio dar la imagen de fuerza descollante, que arrastraba el prestigio de haber ganado las elecciones de febrero de 2014. Siempre negaron lo electoral, pero gritaron su oposición al gobierno de Rafael Correa, y clamaban por cambios, reformas o exigencias para no ser vistos como políticos en campaña sino como funcionarios en ejercicio de sus cargos.
Tal mezcla fue incoherente en lo político, porque eran demasiado dispares los criterios entre Nebot y Carrasco, un amorfo Rodas o un silencioso Chumpi. Parecía ser que buscó consolidar al primero, es decir, que se entienda desde siempre que se trató de un camino electoral a Jaime Nebot  para dejar de lado –frontalmente- a Guillermo Lasso. La derecha necesita consolidar un proyecto político y no importó aliarse con los menos pensados, quizás con los más débiles ideológicamente hablando, con tal de hacer fuerza.
El nombre de Jaime Nebot Saadi parece ser que se lo quiso consolidar con este acuerdo unitario, con la aceptación de los que conformaron el mismo, tanto que se mostraron siempre resignados al estilo y liderazgo del socialcristiano, que presidía las reuniones, que convocaba a la prensa a seguirlos por las ciudades a donde llegaba, precedido de un aparato publicitario de gran convocatoria. Es más, el acto masivo de Cuenca a inicios de este año solo proyectó esa figura, ya que todos los congregados lo aceptaron una y otra vez, en silencio y negando sus propias opciones políticas, que fueron sacrificadas con sus consabidas ambiciones.
Sin embargo el problema siempre fue la imagen del pasado de Nebot, que arrastra detrás de si los reclamos que exigen una aclaración por violaciones a los derechos humanos en los días del gobierno tiránico y déspota de Febres Cordero (1984-1988) y que han comenzado a juzgarse treinta años después, sumado a su evidente liderazgo local que arrastra masas en su cantón pero que nunca ha logrado proyectarlo nacionalmente. Por ello, los recibimientos, como en el caso de Quito, fueron controvertidos, cuestionados, como que dieron la imagen de debilidad política que destruye oportunidades electorales antes de lanzarse a la conquista del voto. Tal parece que la idea de que él sea el candidato presidencial oportuno para el momento, solo estuvo en los cálculos de unos cuantos socialcristianos, otras voces de la derecha y uno que otro comunicador eufórico que lo proclamó antes de tiempo.
Entonces, otra vez el factor sorpresa. El PSC lanzó el nombre de su militante más notoria, Cinthya Viteri y, ahí se agudizó el revuelo, la fragmentación interna y la inconsistencia política de la Unidad.
La pregunta lógica del ¿Por qué Cinthya Viteri?, se evidencia en dos formas de respuesta. La primera está en el comunicado del PSC al lanzar su nombre que pide revisar los números con un sostenido 12%, que no tiene una base explicativa ya que la encuesta en la que se basa tal afirmación nunca fue exhibida. Y, la otra razón, coincidiendo con lo anterior, la evidencia en una entrevista con Ecuadorinmediato.com el comunicador Carlos Vera Rodríguez, adherente muy cercano a Nebot y Madera de Guerrero, quien considera al factor tiempo como el vital para lanzar en este instante la candidatura de la asambleísta guayaquileña.
No lo han dicho los socialcristianos, pero estas dos razones muestran un panorama complejo para ellos mismos. El que a Nebot un simpatizante del PSC, caminando por las calles de un sitio no definido le haya dicho en forma alegórica “¡abogado, Cinthya es el hombre!” da a entender que los números nunca le dieron una opción al alcalde porteño, y que una posible tercera participación electoral solo le podría conducir a un nuevo fracaso, como en los dos anteriores que no alcanzó la presidencia, pese a estar bajo la sombra de Febres Cordero. Y; que a estas alturas, en este momento político, la gente está clamando por un cambio de liderazgo que él mismo Nebot  ya lo proyecta cerrado a futuro, solo llama a ser reemplazado con urgencia. Una simple visión sobre la percepción política del votante da a entender que “si no te ves como líder con opciones, entonces no lo eres ni la tienes”. Resultado: cambio de nombre, porque se ha perdido tiempo.
La abogada Cinthya Viteri Jiménez no es una figura improvisada para los PSC. Es más, a primera vista resulta lógico que ella sea su representante presidencial en este momento, sobre todo ante la caída del liderazgo de Nebot. Con treinta años de presencia política no podrá exhibir logros o resultados políticos de su accionar, pero se ha mantenido en filas de la derecha militante y, claro, a estas alturas es indispensable que alguien asuma la bandera, la confianza es que ella lo hará bien en la tendencia.
El punto crítico al nombre de Viteri podría estar en dos flancos. El primero, su pasado dentro del mismo PSC, del cual fue su candidata presidencial en el 2006, y que desató una fiera pugna interna con sus propios militantes, al punto de quejarse del maltrato que sufrió en esos días y, hasta se desafilió de sus filas para formar luego “Madera de Guerrero” que es la sucursal socialcristiana con un tinte fuertemente local. Lo segundo es su actuación controvertida en contra de la democracia ecuatoriana, ya que no se ha olvidado y ahora se agitará en campaña su protagónico papel jugado para dar el  golpe de estado de abril de 2005 contra el presidente Lucio Gutiérrez, al cual se lo tumbó con el ilógico argumento de “abandono del cargo” que no puede ser sostenido sin que se les caiga la cara de vergüenza a los golpistas. Eso que es parte de una historia nada respetable, sobre todo por la forma como terminó ese atentado a la democracia en Ciespal, con el maltrato injurioso e indigno hasta contra la propia Cinthya Viteri.
Pero, tal parece que el cálculo político que en palabras de Vera se muestra como un posible no-probable triunfo para Viteri, por sus proyecciones de voto fuerte, pero no vislumbra que se quiera enfrentar solo la lucha por la presidencia frente a los números que podría tener Lenin Moreno, Jorge Glas  o la propia Alianza PAIS. Para ellos, si no se logra la presidencia de la República, pues que sea el poder local y legislativo el que los haga fuertes a los socialcristianos y, a ello si puede arrastrar un buen nombre que encabece la tendencia. Los PSC requieren mantener una buena bancada en la asamblea, porque allí es donde quieren librar sus futuras batallas y, en medio de una alianza como La Unidad, los votos parecen ser pocos y el reparto de cargos menos. Eso, al parecer, también les dijeron los números.
Que Nebot no sea el candidato de La Unidad solo destapó las verdaderas ambiciones políticas que las tenían represadas algunos de sus militantes menores, pero eso al parecer  – al menos de momento – no los destruye, aun cuando los fragmente. Por ello, si bien por un rato reinó el desconcierto, luego agudizó el sentido de la oportunidad de quienes se consideran con opciones a ser figuras presidenciables. Entonces asomaron apoyos extraños que antes no estuvieron en esta plataforma política y lanzaron el nombre del azuayo Paúl Carrasco, mientras se definen los indefinidos de SUMA y se aclaran los terceros convidados como AVANZA, que son parte de este encuentro.
Lo extraño de todo esto es que se lanzan a proponer candidatos sin propuesta alguna. Es conocido que La Unidad, con la integración de Ramiro Gonzáles, recién inició la preparación de un plan de gobierno, cuando así lo presentaron públicamente. Después no se ha dado ni un paso evidente, solo anuncios, entonces no tienen ni propuesta, ni plan de gobierno, solo dos precandidatos y la ausencia definitiva del creador de tal plataforma. Han hecho las cosas al contrario de la lógica política, tienen los nombres pero nada que ofrecer y nada vislumbra que por ahora puedan mostrar algo que ofertar a su propio electorado, y con menores probabilidades a la nación misma. De paso tambien da a entender la poca respetabilidad que se tienen en la plataforma de unidad, presentando candidatos sin respetarse entre ellos, rompiendo la “hoja de ruta” y asumir una presunta traición que da muchos sinsabores en la política.
El que “Cinthya sea el hombre” o “Paúl sea el otro hombre” solo muestra una ausencia de coherencia política que marca una imagen de oportunismo electoral, que trata de ganar tiempo para aumentar los números. Justo es preguntarse si ya tienen candidatos y nada preparado para que presente al pueblo, será que siempre pensaron que todo el plan estaba para que sea Nebot y no otro el que los represente, entonces parece que hoy es urgente salir al frente con algo que ofrecer. Ahí salta lo improvisado a modo de oferta electoral, algo que sea acomodado al momento pero no a la verdadera necesidad de respuestas que quiere la gente, sobre todo porque los dos precandidatos de La Unidad han mantenido una crítica constante y un panorama catastrófico del Ecuador. Se nota que no sabrán que soluciones dar o entregar, porque el contenido anti-correa probablemente ya no satisfaga al elector que les exige soluciones reales y certeras.
Es decir, el adelantarse del nombre y el hombre ahora mostrará un panorama difícil del improvisar el discurso, dorar el programa al hombre en un espectáculo político que debilita a la oposición constantemente, porque eso es lo que siempre les ha dañado su imagen, el hacer las cosas a última hora, sin preparación ni respeto por los electores. Aquí solo pesa el poner el nombre en juego para ganar espacios de poder causando gracia lo que se da en lenguaje de buen arriero que “en el camino se acomodan las cargas”, lo que siempre da un mal resultado y un triste final. Amanecerá y veremos. (FHA)

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